jueves, 5 de abril de 2007

PLANTEAMIENTO:

El aumento alarmante de la delincuencia es uno de los temas que no se agota en las tertulias cotidianas. Es un problema mundial y los países pobres y ricos padecen por igual esa plaga antisocial. El problema de la delincuencia es tan crítico que los cimientos del Estado como órgano destinado a mantener el orden público, se encuentran ante la opinión pública tan deteriorada como desprestigiada. Por ello y considerando que la ciudadanía estima que el combate a la delincuencia debe ser una de las prioridades de las autoridades.

Los empresarios sostienen que al gobierno le ha llegado el momento de poner fin a la retórica y tomar medidas para detener la espiral de violencia desatada por la delincuencia, la cual pone en peligro las actividades económicas del país, principalmente el crecimiento de sectores sensibles como el turismo, los visitantes tienen temor de ser afectados por la delincuencia (hurto, estafa, secuestro).

Debemos admitir que hay causas muy variadas que la originan. Una, muy general, es la debilidad humana. Por ejemplo, quién ignora que la mentira en el grado que sea, es algo malo, y, sin embargo, qué fácil es encontrar la mentira en la vida diaria, en aspectos de ninguna importancia y hasta en cosas muy graves. Donde se encuentra una de las mayores causas o circunstancias de la delincuencia, según se percibe entre los privados de libertad, es en la carencia o la desintegración de la familia de que ellos provienen. Otra causa de la delincuencia es la falta de formación moral desde la infancia, o en el ambiente familiar y así no se hace problemas una persona para delinquir. Un elemento social que ayuda a la delincuencia es la cesantía; carecer de trabajo, o también un trabajo que tiene como sueldo algo tan escaso que no alcanza para sobrevivir, la adicción al alcohol, la más grave es hoy día la adicción a la droga.


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